Desarrollo personal, crecimiento
personal y otras expresiones similares, como la de autoayuda (utilizada sobre todo
en el contexto editorial) son un conjunto muy variado de propuestas de psicología popular, pseudocientíficas o espiritualistas que pretenden conseguir cosas
tales como la actualización de las potencialidades humanas (psicológicas y
espirituales) que la persona puede hacer más allá de su desarrollo natural en
función de la edad.
Este tipo de
planteamientos pretenden que con el trabajo de crecimiento personal la
persona aprenda, a través
de la conciencia de sí
mismo, a aprovechar sus posibilidades de pensar, sentir y actuar para cosas
tales como:
·
Usar el pensamiento libre o
autónomo.
·
Dominar una libertad responsable,
siendo líder de sí mismo.
·
Tener salud emocional.
·
Lograr el éxito en sus
emprendimientos.
Sus
partidarios pretenden que es un trabajo distinto, pero de alguna manera
coincidente o complementaria al que puede hacerse con la psicoterapia. Argumentan
cosas tales como que la psicoterapia trata
de ordenar algo que está desordenado, es decir, es el paso de la
desorganización a la organización, del caos al equilibrio, mientras que el
crecimiento personal trata de llegar a la plenitud, es decir, una vez que ya se
tiene la organización y el equilibrio, desarrollar la propia capacidad para el
gozo, la vitalidad y la creatividad.