Eugenio María de
Hostos y Bonilla (Mayagüez, 11 de enero de 1839 - Santo Domingo, 11 de agosto de 1903) fue un intelectualeducador, filósofo, sociólogo y escritor puertorriqueño. Llamado el Ciudadano
de América por haber
entregado su existencia a la lucha por la emancipación de su patria, la unidad
de las Antillas y de América
Latina.
Hostos estudió sus primeras
letras en el Liceo de Puerto Rico. En 1852, su familia lo envía a Bilbao, España, donde se gradúa del Instituto de Educación Secundaria.
Luego de graduarse, se matricula en la Universidad
Central de Madrid. Allí estudió Derecho, Filosofía y
Letras. Pronto comenzó a interesarse en la política, tomando partido decidido a
favor de constituir en España una república federal. En el 1863, publicó la
novela política titulada La
peregrinación de Bayoán para
hacer entender en España la penosa situación colonial de Cuba y Puerto
Rico. Cuando España adopta su nueva constitución en
1869 y se rehúsa a extenderle a Puerto Rico y a Cuba los derechos ciudadanos
propios de una república federada, Hostos abandona España y viaja a Nueva York,Estados Unidos, para
integrarse a la lucha armada que organiza la emigración por la independencia de
ambas Antillas. Cuando observa que en el liderato independentista de la
emigración predomina el anexionismo a los Estados Unidos, Hostos emprende su
viaje a Suramérica para buscar apoyo a la causa de la libertad antillana. En su
periplo visitó Colombia, Panamá, Perú, Chile,Argentina y Brasil.
En Colombia logra la aprobación por el congreso de una ley en beneficio de la
emigración cubana. En Panamá propone la creación de un canal neutral pero latinoamericano, y libre de las pretensiones
de dominio imperialistas. Vivió algunos meses en Perú, país en que publicaba
fervorosamente, especialmente en el periódico La
Patria. Sus ensayos limeños son importantes
documentos protosociológicos en que propone el mestizaje. Su modelo es el cholo quien recuerda al jíbaro. Con el peruano Joaquín Capelo fundó la sociedad Amantes
del Saber para fomentar un ambiente intelectual en la capital
peruana. En Chile pronunció las célebres conferencias sobre la educación
científica de la mujer y el derecho de ésta a la educación plena y la igualdad
de derecho. En Argentina proyecta la creación de un mercado común suramericano
y el ferrocarril
trasandino que se construyó de hecho más tarde.
El reinicio de la guerra por la
independencia que inició José Martí en Cuba en el 1895 coloca a Hostos nuevamente en campaña.
Volvió a Puerto Rico en 1898, a propósito de la Guerra
Hispano-Estadounidense. Participó activamente, junto
a Henna y Manuel Zeno
Gandía, en la Comisión de Puerto Rico que ventiló
ante el Presidente William
McKinley, sus secretarios y el Congreso federal los intereses
y necesidades de Puerto Rico. Fundó además la Liga de Patriotas con la
esperanza de educar al pueblo puertorriqueño sobre sus nuevos derechos bajo la
Constitución federal norteamericana, particularmente el derecho a reclamar un
plebiscito. Pero su esperanza de un Puerto Rico independiente se esfumó cuando
el gobierno estadounidense decidió, con la ley
Foraker de 1900, convertir la isla en una colonia.
Muerte
Eugenio María de Hostos murió en República Dominicana a la edad de 64 años. Su cuerpo está enterrado en el Panteón de los Héroes
Nacionales en Santo
Domingo siendo el único
puertorriqueño en estar ahí. Su último deseo fue morir en Santo Domingo y que fuese llevado a Puerto Rico cuando su patria fuese
libre.