1. La religión expresa
por lo menos dos dimensiones o ejes constitutivos de la realidad y de la
experiencia humana sobre la realidad. Primero, un eje antropológico, donde el
hombre en su más profunda estructura humana, intuye la existencia de realidades
internas a su ser, como externas a su ser, que son percibidas, sentidas y
pensadas como superiores o sagradas y que por lo tanto deben ser conocidas,
reconocidas, respetadas y conservadas. Eso se define como religión natural, el
hombre a lo largo del tiempo ha adorado árboles, animales, montañas, fenómenos
naturales visibles e invisibles. La segunda dimensión, se refiere a cómo en su
trajinar histórico el ser humano se encuentra con fuerzas divinas
(dioses-politeísmo), entidades espirituales (animismo) o Dios (monoteísmo) que
salen a su encuentro. La expresión más acabada y elaborada de ésta experiencia
esta contenida en las grandes religiones reveladas: judaísmo, cristianismo e
islam.
2. Las grandes religiones son consubstanciales a la presencia del esplendor de la verdad en las grandes civilizaciones. No puedo comprender la grandeza de Europa sin el cristianismo, como tampoco puede comprender el mundo científico árabe sin una referencia al islam. Esas grandes religiones han creado símbolos, ritos y conceptos que tienen la función de recrear y restaurar la experiencia original y el sentido profundo que el mensaje religioso le brinda al creyente y a la comunidad, como a la sociedad.
3. Con el tiempo, el mensaje religioso se puede tornar opaco. El rito, cumple la función de rememorar y recordar el mensaje original (plasmado en doctrinas y dogmas) que debe ser vivido tanto en lo social, como en lo personal, como experiencia viva de lo divino.
4. El tema más complejo y delicado que abordan las principales religiones se refiere a la verdad y a la autenticidad de la experiencia religiosa. Las religiones tienen convergencias pero también grandes diferencias entre ellas.
5. La esencia de las religiones reveladas se expresa en la experiencia de una presencia divina que me convoca a desarrollar como creyente una auto conciencia reflectiva que me pone en movimiento hacia Dios. El mayor logro de esa orientación de la persona hacia el ser divino lo encontramos en el cristianismo, ya que su mensaje de amor es un mensaje participativo con hondas repercusiones éticas y políticas para la sociedad y la cultura de cualquier momento histórico. El mensaje del evangelio tiene repercusiones socio temporales, con el potencial de cambiar las estructuras de la sociedad, como del individuo o agente social.
6. Hoy, nuestra sociedad vive una profunda crisis moral. Las religiones no escapan a ella, pero una auténtica experiencia religiosa, mediada por las verdades conservadas por el pueblo de Jesucristo, se constituye en el Camino, la Verdad y la Vida (cf. Jn 14,6). Un elemento de esa crisis moral hoy, esta reflejado en lo de Timoteo decía hace casi dos milenios: « Proclama la Palabra, insiste a tiempo y a destiempo, reprende, amenaza, exhorta con toda paciencia y doctrina. Porque vendrá un tiempo en que los hombres no soportarán la doctrina sana, sino que, arrastrados por sus propias pasiones, se harán con un montón de maestros por el prurito de oír novedades; apartarán sus oídos de la verdad y se volverán a las fábulas. Tú, en cambio, pórtate en todo con prudencia, soporta los sufrimientos, realiza la función de evangelizador, desempeña a la perfección tu ministerio