1.
Asegúrate de que la pelea se terminó
No puedes tener ganas
de reconciliarte si todavía te da vueltas en la cabeza la causa de la
discusión. Solo cuando sientas que estás en paz con el tema, puedes considerar
hacer las paces. De otro modo se estropeará el momento con algún reproche.
2.
Acércate a tu pareja
Dos personas que se
pelean se alejan físicamente, entonces para comunicarse alzan la voz o gritan.
Acércate a tu pareja y verás cómo el volumen de la conversación baja dando una
inmediata sensación de cercanía y calma.
3.
Mantén tu lenguaje corporal abierto
Brazos cruzados y
manos cerradas indican que no quieres un diálogo. Mantén tu lenguaje corporal
abierto al otro. Deja los brazos relajados, tus manos abiertas y receptivas.
Mira a los ojos del otro y sonríe amablemente. Esto quiere decir que invites al
otro a acercarse a ti y a permitirte que te aproximes.
4.
Sin interrupciones externas
Después de la pelea
hay que curar las heridas del corazón. No dejes que la televisión, la radio o
una interrupción inesperada rompan con la magia de esta reconciliación
necesaria. Apaga todos los artefactos y asegúrate de disponer de un buen rato a
solas con tu pareja. Si hay niños en la casa pide que alguien los vigile o, en
último caso, inventa algo para que estén entretenidos.
5.
Pide perdón
No es momento de
quedarse en silencio. Si tienes que pedir disculpas hazlo ahora, de corazón.
Pedir perdón no es perder una batalla, es reconocer que una acción estuvo mal,
tu pareja sabrá apreciar tu nobleza y se empezará a restablecer esa unión entre
los dos.
6.
Acepta sus disculpas
Del mismo modo,
cuando tu pareja te pida perdón, discúlpalo sin mortificarlo, de una manera
sencilla y generosa. No hay nada más humillante que sentirse “pisoteado” cuando
se pide perdón. El acto de disculpar la base de la reconciliación.
7.
Afecto y caricias
La pareja tiene un
código de caricias, abrazos, besos y mimos que son muy necesarios y esperados
después de una pelea. Una discusión hace que las dos partes de una relación se
mantengan, durante un tiempo, distantes y tensas. Es muy reconfortante volver a
sentir la seguridad del amor del otro en sus brazos. No escatimes besos,
caricias y demostraciones de afecto, son como un bálsamo en una herida.
8.
Celebrar la reconciliación
Es una muy buena idea
hacer una celebración para dos. Una salida romántica a cenar, una noche de
hotel o un fin de semana para dos. Evita salidas como el cine o el teatro, lo
que necesita la pareja es comunicarse, estar enfocados el uno en el otro y
restablecer ese cordón invisible que los hace una pareja con códigos propios.
9.
Volver a encontrarse
Dentro de este marco
de encuentro para los dos, volver a destacar los aspectos que te enamoraron,
que admiras o que te seducen del otro es un ejercicio excelente. Seducir y ser
seducido. Tómate el trabajo de hacer sentir a tu pareja que sigues vibrando
cuando está presente, que estás feliz de estar a su lado y que lo eliges una
vez más como compañero de vida.
10.
Sexo de reconciliación
Es un clásico, sexo de reconciliación. Después de tanto mimo y tanta
intensidad afectiva, después de recordar lo mucho que te gusta tu pareja y
repartir besos y abrazos, es normal que sientas unas terribles ganas de sellar
la reconciliación con una buena performance en la cama. Estupendo, mejor
imposible. El sexo es una manera maravillosa de comunicarte en muchos planos
distintos con la persona que amas. Y la reconciliación seguro que será
recordada por muchos años.