La Semana Santa es la conmemoración anual cristiana de
la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús
de Nazaret. Por ello, es un período de intensa actividad
litúrgica dentro de las diversas confesiones cristianas. Da comienzo el Domingo
de Ramos y finaliza el Domingo, aunque su celebración suele
iniciarse en varios lugares el viernes anterior (Viernes de Dolores) y se considera parte de la misma el Domingo de Resurrección. La fecha de la celebración es variable (entre marzo y
abril según el año). La Semana Santa va precedida por la Cuaresma, que finaliza en la Semana
de Pasión donde se celebra la eucaristía en el Jueves
Santo, se conmemora la Crucifixión de Jesús el Viernes Santo y la Resurrección en la Vigilia Pascual durante la noche
del Sábado Santo al Domingo.
Durante la Semana Santa tienen
lugar numerosas muestras de religiosidad popular a lo largo de todo el mundo,
destacando las procesiones y las representaciones de la Pasión. El ciclo
vacacional que le corresponde a la Semana Santa en otros países, como Estados
Unidos de América, es conocido como "Spring Break".
Los días más
importantes de la Semana Santa son los formados por el llamado Triduo Pascual: La introducción al Triduo (el Jueves Santo y el Viernes
Santo), en el que se conmemora la muerte de Cristo; Sábado Santo, en el que se conmemora a Cristo en el
sepulcro, y el Domingo de Pascua de la Resurrección.
A lo largo del año hay fechas especiales llenas de tradiciones y
significados: Día de la Bandera, del trabajo, de la Madre, Día de la
Independencia, Día de Muertos, Navidad… y entre esas fechas está la Semana Santa.
Más allá de las creencias religiosas, Semana Santa es una época
llena de tradiciones que se celebra en todo el mundo, y cada país y ciudad le
da el colorido que lo caracteriza, que va muy de la mano con la celebración de
los misterios que contemplamos.
Hoy en día se acostumbra que
el Domingo de Ramos los feligreses acudan a la iglesia con ramitas de palmas que se bendicen. Al finalizar la misa,
los asistentes pueden llevarse las ramitas a casa para colocarlas en algún
lugar del su hogar; las que se quedan en la Iglesia, son incineradas y las
cenizas de éstas se utilizan el miércoles de ceniza del siguiente año.
En la época en que Jesús
vivió, se acostumbraba recibir a los reyes y soberanos con palmas y ramos para
demostrarles el aprecio del pueblo por ellos, así pasó cuando Jesús entro a
Jerusalén.