Billini nació en Santo Domingo el 25 de mayo
de 1844. Hijo de Hipólito
Billini Hernández (cuyo padre
vino de Ravenna en Italia) y María de Regla Aristi
Guerrero. El joven Billini hizo sus estudios primarios y secundarios en su
ciudad natal en el Colegio del Padre Boneau, donde aprendió a escribir tambien
en latin y en italiano (hablaba el italiano perfectamente,
habiéndolo aprendido desde niño de su abuelo italiano). Luego pasó al Seminario
Conciliar Santo Tomás de Aquino donde fue discípulo de Fernando Arturo de Meriño.
Su militancia en el partido Azul y su convicción de que el país debía preservar
su independencia, lo motivó a participar en la Guerra de la Restauración de
1863-1865. Su repudio a la política antipopular de Buenaventura Báez le costó
el destierro en 1868.
A su regreso al
país se desempeñó como funcionario público llegando a ser Diputado por Azua
(1874), Ministro de Guerra y Marina (1880) y Presidente del Senado y del
Congreso (1882). En 1884, después de una reñida contienda electoral en la que
venció a Casimiro Nemesio de Moya, fue elegido Presidente de la República.
Tomó posesión del
cargo el 1ro. de septiembre de 1884 y renunció al mismo el 16 de mayo de 1885,
por negarse a bloquear la prensa dominicana. Su inesperada dimisión desconcertó
a muchos de sus adeptos. En efecto prefirió dar las dimisiones como unCincinato romano, que luego llegó a pedir 20
pesos a sus amigos para pagar una deuda (algo increíble para los dominicanos de
esos tiempos). Sus últimas palabras com Presidente fueron:
Creo doy un buen ejemplo dando mis
dimisiones espontáneamente y desapareciendo entre las sombras de mi casa, sin
mesquinas aspiraciones para el futuro.
En 1890 a raíz de
la muerte de su tío, el filántropo Padre Francisco Xavier Billini, asumió la
dirección del Colegio San Luis Gonzaga.
Fundó el periódico
El Eco de la Opinión (Marzo de 1879), que circuló por más de veinte años y se
convirtió en el paradigma de un periodismo reflexivo combinado con pormenorizadas
reseñas noticiosas.1 Colaboró asiduamente con El Nacional,
El Cable, Letras y Ciencias, El Mensajero y El Patriota.
El aporte más
relevante de Billini a la literatura nacional dominicana es la novela Baní o Engracia y Antoñita (1892), en la
que enjuicia el comportamiento político-social y las costumbres de los
banilejos decimonónicos. Murió en Santo domingo el 28 de noviembre de 1898.
En 1998 sus restos
mortales fueron trasladados al Panteón Nacional de Santo Domingo por
disposición del Presidente Leonel Fernández.